Tal vez, como psicólogo, debería de hablar sobre la salud mental en el contexto de la pandemia y el encierro de el último año. Pero aquí hago lo que se me paga la gana al final. Como psicólogo social tal vez debería de hablar de la crisis institucional de EUA y sus paralelos con la situación social actual en México. Y tal ves lo haga en algún momento. Por lo pronto hay un problema que me preocupa más y del cual siento que no se habla lo suficiente, o al menos no desde el enfoque más pertinente. No voy a dar muchas fuentes, solo las necesarias, pero bueno.
Desde las elecciones estadounidenses pasadas, vemos un enfoque cada vez mayor hacia el rol político de las redes sociales. Es algo que se avecinaba desde hace mucho. Han jugado un papel vital en la desinformación y extremización de diferentes grupos. Terraplanistas, fascistas, antivacunas, incels, TERFs. Dudo que exista algún discurso político o ideológico que no tenga una comunidad de fanáticos extremistas. Que es todo un tema pero ya se ha hablado por otra gente. La cuestión es que los efectos de estas plataformas han tenido una consecuencia muy real. Siguiendo el camino en el que vamos, los problemas seguirán agravándose hacia un extremo u otro.
Y es que como entendemos fundamentalmente a las redes sociales esta equivocado, para eso lo compararé con su tataratatarabuelo, el correo. Verán, antes de la sociedad de la información, el correo era la única forma de comunicación a distancia. México, EUA y creo que todos los países tienen un sistema de correos nacionalizado. El correo no es una empresa, es un servicio. Tenemos varías empresas trasnacionales que dan un servicio de correo, pero damos por hecho que existe como algo accesible. La principal diferencia que tiene con las redes sociales, es que éstas existen sobre de otro servicio, el internet (y este sobre la electricidad pero ya sería mucho meternos en eso).
El internet fue declarado hace años como un derecho humano. Me parece un gran logro en términos políticos, pero estamos muy lejos de que sea un logro institucional. Las redes sociales existen en un monopolio bastante evidente. Facebook es dueño de todas, menos de YouTube Twitter y TikTok. Existen otras importantes claro, como Snapchat y Tumblr, pero en estas es donde suelen rondar ideologías.
La crítica es simple y ya dicha, estas empresas, dueñas de estas plataformas, tienen mucho poder. Este existe pues se han convertido en el principal medio de comunicación. Y han aumentado su influencia en el encierro. Son fuente de información y noticias, de discusión política. Pueden, y suelen, empujar los discursos a sus extremos por la misma naturaleza de como funcionan. La gente se queda en las plataformas cuando escucha lo que quiere escuchar, por lo que los algoritmos solo crean burbujas que tienden a radicalizarse. Esto no es ley claro esta, depende de los actos de cada uno y de como la comunidad se comporta y como estas burbujas interactúan unas con otras.
Se que parece que no tengo un punto, pero ya casi llego.
¿Dónde están equivocadas las críticas? en centrar el problema en la regulación. Debemos entender que, así como el correo, las redes sociales son un medio de comunicación. Como tal, el hecho de que funciones como empresas es el problema fundamental. No soy el único que ha llegado a la conclusión, mucho menos el primero. Las regulaciones que se han intentado hacia el internet y estas empresas vienen de este y otros problemas similares.
Idealmente, no regularíamos a las empresas, habría que cambiar su anatomía fundamental para que no fuera una empresa. Es en este momento en el que cometí un pecado capital de la religión del neoliberalismo, pero el mercado cómo ídolo y panacea hace mucho que dejó de funcionar, si funcionó en algún momento. Mientras sean empresas seguirán extendiendo su poder económico y político, seguirán vendiendo la información de sus usuarios y generando burbujas ideológicas.
La buena noticia, es que no creo que todo esté perdido. Yo soy la primera persona que defiende el papel de las redes sociales como medios de comunicación, espacios de crecimiento y discusión, así como el poder que tienen de igualar discursos. La mayoría de los problemas que existen en las redes no son de las redes. Éstas solo le pusieron una lupa a un problema social, o son el resultado del encuentro natural de discursos que antes no hubieran convivido. No es perfecto claro, esta claro que el juego no es justo para todos, pero el plano esta un poco más parejo. El verdadero problema es la gente que, al ser de una clase marginal, ni siquiera puede entrar al campo.
Estamos en un punto que será decisivo para como funcionarán las redes en el futuro. No solamente por la probable ola de legislaciones. También por la conciencia que estamos tomando. Lamentablemente dudo que tomemos el mejor camino. El acceso a la tecnología, dejada en manos de Zuckerberg, o Musk solo mantendrá los mismos problemas, llevándolos a gente que no tenía acceso (que será una ganancia en términos de acceso a la información, pero también le caerán con fuerza los problemas ideológicos fundamentales de el sistema). Las regulaciones gubernamentales serán parches que tapen el pozo después de ahogado el niño, una y otra vez. Probablemente pase porque es lo que ha pasado con los padres del internet, el teléfono y la televisión.
Tampoco creo que la solución sea una expropiación y nacionalización. Tenemos que partir de lo que impulso al internet en sus origines. El acceso a la información, la interacción y la cooperación. Las redes sociales como una plataforma, no una empresa. Reguladas desde la idea de una acceso universal a un medio de comunicación, no una empresa. De todos YouTube parece querer ir hacia allá, lo malo es que Google no. Es posible que este sea el principio del fin para Facebook, pero Mark y los demás caciques nos han demostrado que se saben adaptar para seguir vigentes.
En este estira y afloja, hay que asegurarnos que estamos jalando para el mejor lugar posible.